El Parkour (o arte del desplazamiento) es una disciplina que consiste en desplazarse por el medio urbano o natural, superando los obstáculos que se presenten en tu recorrido (vallas, muros, vacío...) de la forma más fluida y eficiente posible, y con las únicas posibilidades del cuerpo humano. Esta disciplina requiere una gran preparación física para realizar los distintos movimientos (saltos, pasavallas, escalada, etc.) que implica, pero además es necesario una mente decidida a superar los propios miedos, una gran concentración, y un espíritu fuerte.
Los practicantes más experimentados coinciden en que el Parkour es una filosofía. Claro está que no hay una filosofía específica y rígida para el arte en concreto, sino que para cada uno significa una cosa distinta. Para unos puede ser simplemente un deporte con el que se entretienen, pero lo viven, y para otros su vida gira en torno a él, otros pueden sentirlo como un arte con el que se expresan, y para otros es una filosofía de autosuperación, o de andar caminos diferentes al del resto de la gente, etc. Debemos tener en cuenta que un buen traceur nunca molesta a la gente o al entorno, nunca se pone en peligro su propia vida si no está seguro de que cierto salto lo va a conseguir, y nunca compite contra otras personas. El objetivo del parkour es el movimiento libre y fluido. Una regla en el parkour es no retroceder. Su lema es: “Ser y Durar”. Esto significa que el traceur no tiene que ponerse en peligro e ir superándose cada día, y no debe competir ni intentar superar a los otros. (Fuente: Wikipedia)